La directora del departamento de la Mujer y género, Rosalba Gómez y del Departamento de juventud y niñez, Ligia Inés Alzate, presentan el desarrollo del taller que tiene dos logros a cumplir: Construir un documento sobre mujeres y memoria histórica y articular el tema a la agenda laboral de las mujeres.
El objetivo del seminario es aportar al proceso de reparación colectiva con enfoque diferencial, desarrollando un elemento básico como la Memoria Histórica que permita dar a conocer el daño causado a las organizaciones, por la violencia ejercida contra las mujeres Líderes.
La memoria histórica, obliga hoy a la reconstrucción de la situación de las organizaciones sindicales, que con el tiempo han afectadas por las disposiciones de las diferentes empresas que llevaron a hombres y a mujeres a la calle; las convenciones colectivas desaparecidas y el asesinato de trabajadores y trabajadoras sindicalizadas, una violación que en el país se ha sostenido de forma siniestra durante los últimos veintiséis años, cobrando la vida de las personas líderes sindicales, y que en la historia del país, se pretende negar y deformar, desconociendo las cifras y los hechos que relacionamos. La violencia sistemática que en los últimos 30 años se ha ejercido contra sindicatos y sindicalistas: 2.900 asesinados desde 1986 (35 de ellos en el 2011) y más de 10 mil casos de otras formas de violencia (amenazas, atentados, desapariciones, etc.); con un telón de fondo como agravante: la abrumadora impunidad que cubre estos delitos, que alcanza más del 90%. Sólo en el 25% de los casos se ha establecido el autor material y en el 7,8% el autor intelectual.
La memoria histórica de Colombia como país más peligroso del planeta para los y las sindicalistas y para el ejercicio del derecho de asociación sindical, es un tema que ha desbordado nuestras fronteras y se ha instalado en las agendas del movimiento sindical mundial, de las organizaciones de derechos humanos, de la OIT y de a l g u n o s g o b i e r n o s e x tr a n j e r o s ; f u e l a comunidad internacional quien puso el dedo en la llaga e hizo visible el genocidio, preocupados y perplejos por las altas cifras de homicidios de sindicalistas en Colombia. No podían entender que éstos fueran asesinados por el solo hecho de reivindicar sus derechos.
La profundidad de la tragedia mide el nivel del daño causado al mundo sindical, que ha significado el asesinato, la desaparición y otras violaciones de miles de trabajadores y trabajadoras sindicalizados, situación que no había suscitado mayor interés en nuestro país, ni por parte del gobierno ni de la academia. La memoria histórica, en este caso es la herramienta más valiosa de trabajo, no solo para el movimiento sindical y organizaciones afines, sino para el propio gobierno, los cuerpos de seguridad, el poder judicial y la Fiscalía.
Recuperar la memoria, es solo para honrar y dignificar la existencia de las víctimas, de mujeres y hombres sindicalistas, así como sus acciones y sus vidas. El énfasis sobre la violencia antisindical con enfoque de género, con mayor énfasis hacia las mujeres trabajadoras, con el propósito de analizar y evaluar las afectaciones, riesgos específicos de las mujeres frente al fenómeno de la violencia antisindical, los impactos colectivos de ésta, y hacer precisiones en cuanto a la perspectiva de género en el proceso de construcción de la memoria histórica, y en general en el proceso de reparación del sindicalismo.
Partimos de la base de que hay una lógica diferenciada de la violencia ejercida contra mujeres y hombres. En la medida en que las relaciones de género se expresan en el mundo sindical y hay un impacto diferenciado para unas y otros, y en consecuencia una forma de respuesta específica de las víctimas frente al hecho violento.
Más allá de las cifras, fue necesario analizar la violencia antisindical ejercida contra las mujeres desde orillas que permitieran comprender el fenómeno en su complejidad y contenido específico, en su carácter de sistematicidad y en sus dimensiones simbólica, semántica, política y cultural.