
La violencia antisindical en Colombia es ante todo sistemática, resultado de la
estigmatización y persecución estructurada de la que ha sido victima histórica el
movimiento sindical colombiano, a manos tanto de organismos estatales como de
actores armados ilegales, en algunos casos con la anuencia de algunos sectores privados
a nivel nacional y multinacional.
En este proceso de victimización histórica contra el sindicalismo colombiano,
Departamentos como Atlántico y Magdalena han puesto una altísima cuota de
dirigentes, activistas y trabajadores sindicalizados desaparecidos, asesinados,
amenazados y torturados, entre otras muchas formas de violencia antisindical.
Peor aun, la impunidad en la que cada día queda un altísimo porcentaje de estos
crímenes contra trabajadores sindicalizados en Colombia, es casi absoluta, amenazando
con debilitar un proceso de construcción colectiva histórico, democrático, civilista y
pacifista, como es el proceso organizativo sindical, que cada día cobra mayores victimas
con menos posibilidades de verdad, justicia y reparación para estas y sus familiares, y
mucho menos para sus comunidades y organizaciones, totalmente amenazadas y
abandonadas en medio del dolor y la indignación que genera ver a los suyos desaparecer
y morir a manos de los violentos...sin que pase nada, y peor aun, cuando las acciones
oficiales se orientan en la estrategia de maquillar la realidad, contribuyendo así al
patrocinio de la impunidad como política de gobierno.
Así, se hace cada vez más indispensable e incluso prioritario, un espacio que nos
permita encontrarnos y explorar fraternal y colectivamente los instrumentos, conceptos,
estrategias y alternativas sociales, políticas y jurídicas que nos permitan la superación
gradual pero segura de la impunidad antisindical, desde la exigibilidad integral de
verdad, justicia y reparación en términos de efectividad, equidad y oportunidad.