EI ex presidente del Banco Mundial, doctor James Wolfensohn, afirmó en un reciente foro empresarial de América Latina, realizado en Brasil, que «el consenso de Washington, el de las privatizaciones y la liberación comercial como motores del crecimiento económico y el enfoque neoliberal ortodoxo murieron».
Esta afirmación controvierte a quienes insisten en materializar la política monetaria y debe llamar la atención para reorientar el modelo neoliberal.
Hoy el énfasis de las políticas económicas se va a mover hacia lo social, hacia los temas de superación de la pobreza y la marginalidad. Es hora de proponer una agenda social para América Latina: unas metas frente a los temas de superación de la pobreza, alfabetismo, educación, cobertura de los servicios de salud, vivienda digna y agua potable.
Recordemos que a nuestros países no se les puede juzgar sólo por sus números, por sus finanzas, sino también por sus indicadores sociales, por las necesidades propias de su cultura y por la visión de futuro que tenemos como Nación.
Por lo anterior, los trazos anotados buscan presentar, de manera clara, propuestas y salidas realistas a un problema tan grande como el período de gracia por dos años para el pago de la deuda, la exigencia de intereses más bajos, mayores plazos y cambio de acreedores.
Colombia, un país situado entre el Canal de Panamá, las reservas petroleras del lago de Maracaibo y la Amazonia, debe exigir un
instituciones multilaterales. Por cada 100 pesos de devaluación, el saldo aumenta 2,2 billones de pesos y los intereses en más de 200.000 millones de pesos anuales.
El año pasado, el incremento del valor del dólar frente al peso aumentó la deuda externa en 13 billones de pesos. Así que estamos frente a la disyuntiva de deuda o democracia, lo que exige desarrollar las propuestas planteadas.